El Cotentin:
Península salvaje

Capi­tal his­tó­ri­ca del Coten­tin, Coutan­ces es el punto de par­ti­da ideal para aven­tu­rar­se en la penín­su­la. Esta diná­mi­ca ciudad escon­de tam­bién nume­ro­sos teso­ros arqui­tec­tó­ni­cos, como su cate­dral, obra maes­tra de la arqui­tec­tu­ra gótica normanda.

No muy lejos de allí, en el inte­rior de un com­pro­me­ti­do pro­duc­tor de sidra, Damien Lemas­son abre sus puer­tas para reve­lar sus secre­tos de fabri­ca­ción. En su des­ti­le­ría, los Calvados Hors d’âge pasan su último año en barri­cas de Pom­meau, lo que les con­fie­re ama­bi­li­dad, redon­dez y un color ámbar inigualable.

Encla­va­da en un puerto y al abrigo del Cap de Car­te­ret, esta esta­ción bal­nea­ria es un lugar único para des­co­nec­tar en el centro de la costa sal­va­je. Dis­fru­te de las vistas y de la inmen­si­dad de las playas, y vibre.

En Sot­te­vi­lle, no muy lejos de la costa, Ludo­vic Cape­lle le hará des­cu­brir las bon­da­des del Kapel­wick. Este Calvados autén­ti­co y toni­fi­can­te es un refle­jo de su región de origen. La des­ti­le­ría está abier­ta a las visi­tas duran­te todo el año. Inmer­sión garantizada.

Con 5 puer­tos (náu­ti­co, pes­que­ro, comer­cial, de cru­ce­ro y mili­tar), Cher­bourg-en-Coten­tin es el cruce de camino de todos los mundos. Sumér­ja­se en las pro­fun­di­da­des del Canal gra­cias a la Cité de la Mer o sim­ple­men­te des­cu­bra las pin­to­res­cas calles de esta ciudad car­ga­da de historia.

Más al oeste, aven­tú­re­se hasta Port Racine para des­cu­brir el puerto más peque­ño de Fran­cia. Siga inclu­so hasta el Nez de Jobourg para dis­fru­tar de un pai­sa­je impresionante.

Cla­si­fi­ca­do como uno de los pue­blos más boni­tos de Fran­cia, estas dos etapas en una son inelu­di­bles. Los paseos a lo largo de los mue­lles son de lo más agra­da­ble. Y no dude en subir a bordo del barco anfi­bio con des­tino a Tatihou, cuyas torres de Vauban son Patri­mo­nio de la Humanidad.

No muy lejos del pueblo de Sainte-Mère-Église y de su famoso para­cai­dis­ta, un museo le espera en el mismo lugar donde las tropas ame­ri­ca­nas des­em­bar­ca­ron el 6 de junio de 1944 en Nor­man­día. Para enten­der todo sobre la mayor ope­ra­ción mili­tar del siglo XX.

Aden­trán­do­se hacia el inte­rior, des­cu­bra la Maison Hérout, ins­ta­la­da desde 1946 en Auvers. Este pro­duc­tor, pio­ne­ro en la pro­duc­ción eco­ló­gi­ca, ofrece una sin­gu­lar y ele­gan­te gama de Calvados.