El interior de la
Alta Normandía

A las puer­tas del Pays d’Auge, la fami­lia Tou­tain ela­bo­ra Calvados desde hace cinco gene­ra­cio­nes en el Domai­ne de la Coute­rie. Calvados que se sirven en las mejo­res mesas del mundo.

Situa­do en el inte­rior del Parque Nacio­nal de Bou­cles de la Seine, el Marais Ver­nier (5.000 ha) es una vasta zona húmeda pobla­da por una fauna y flora ricas y varia­das. Reco­rra a pie o en bici­cle­ta la Ruta de Chau­miè­res para des­cu­brir este entorno natu­ral preservado.

Con­ti­núe su ruta por el Rou­mois, la región que pro­du­ce el 80 % del lino de Fran­cia, y por sus campos que tiñen sutil­men­te de azul el pai­sa­je del Eure duran­te la pri­me­ra quin­ce­na de junio. En el museo eco­ló­gi­co de la Casa del lino en Routot des­cu­bri­rá las dife­ren­tes trans­for­ma­cio­nes de esta planta, su his­to­ria y sus usos.

En Routot, tam­bién des­cu­bri­rá el oficio de maes­tro cria­dor de calvados visi­tan­do la Maison du Père Tran­qui­lle que, desde hace más de 70 años, adquie­re reser­vas de viejos calvados de las tres deno­mi­na­cio­nes. Mez­clas pro­pias y una crian­za sin sobresaltos…

Cla­si­fi­ca­do como uno de los pue­blos más bellos de Fran­cia, el Bec Hellouin es una mara­vi­lla en un entorno de vege­ta­ción. Aquí podrá inmor­ta­li­zar las colo­ri­das facha­das o visi­tar la majes­tuo­sa Abadía de Notre-Dame, fun­da­da en el siglo XI.

A pocos kiló­me­tros, en direc­ción a Rouen, detén­ga­se en Domai­ne des Hauts Vents en Saint-Ouen du-Tilleul. La fami­lia Cabou­let lleva tres gene­ra­cio­nes ela­bo­ran­do calvados en el inte­rior de una pro­pie­dad del siglo XVII.

Cono­ci­da mun­dial­men­te por su patri­mo­nio medie­val, la ciudad de Rouen le sor­pren­de­rá por la diver­si­dad y la rique­za de sus museos, salas de expo­si­cio­nes y monu­men­tos. Aparte de los impre­sio­nis­tas, de Juana de Arco, Pierre Cor­nei­lle o Gus­ta­ve Flau­bert, la capi­tal de Nor­man­día escon­de muchos teso­ros desconocidos.

A unos cua­ren­ta kiló­me­tros de Rouen, en el inte­rior de uno de los haye­dos más bellos de Europa, Lyons-la-Forêt com­bi­na arqui­tec­tu­ra, natu­ra­le­za y estilo de vida. Sus nume­ro­sos cami­nos y sen­de­ros invi­tan a prac­ti­car el sen­de­ris­mo, la equi­ta­ción y la bici de mon­ta­ña. Apro­ve­che para visi­tar el Domai­ne de Merval en Bré­mon­tier-Merval. La pro­pie­dad, situa­da en el inte­rior del Pays de Bray, ocupa 120 hec­tá­reas y alber­ga un cas­ti­llo del siglo XVII recon­ver­ti­do hoy en una escue­la pro­fe­sio­nal de agricultura.

No muy lejos de allí, en el muni­ci­pio de Saint-Michel-d’Ha­les­court, tam­bién podrá des­cu­brir el Domai­ne Duclos Fou­ge­ray, una des­ti­le­ría de sidra situa­da en una granja del siglo XVIII típica del Pays de Bray, un lugar intem­po­ral en per­fec­ta armo­nía con la naturaleza.

Para poner un broche de oro a este peri­plo, visite la esta­ción termal de Forges-les-Eaux, cuyas aguas ricas en hierro le han gran­jea­do fama desde el siglo XV. Son muchos los luga­res que invi­tan a dar un paseo, en espe­cial la vía verde sobre vía de ferro­ca­rril que unía anti­gua­men­te Dieppe con París.