Un barman sert un verre de Calvados sur un comptoir en zinc
Descubrir el Calvados → Historia

Una trayectoria
singular

Desde las Hes­pé­ri­des a Steve Jobs, desde el jardín del Edén a los Beatles, desde Newton a Magrit­te, la man­za­na ali­men­ta el ima­gi­na­rio colec­ti­vo desde los orí­ge­nes de la huma­ni­dad. En Nor­man­día, la man­za­na es un emblema. El Calvados, una insignia.

En los orígenes

Primero, Normandía. El clima templado de esta región ha propiciado que se plantaran aquí más manzanos que en otros lugares, por lo que, siempre se ha planteado la cuestión de la conservación de las manzanas.

Un pommier haute-tige, feuillu, sous le soleil de Normandie
A la sombra de los manzanos © J. Boisard

Trans­for­mar estos frutos en bebida pare­cía ser la única alter­na­ti­va a su pér­di­da. En las socie­da­des tra­di­cio­na­les, esta solu­ción se anto­ja­ba tanto más per­ti­nen­te en un con­tex­to de penu­ria ali­men­ta­ria y de insa­lu­bri­dad del agua.

La man­za­na cons­ti­tuía así, una vez pren­sa­da, la base de una bebida «higié­ni­ca»: el zumo de man­za­na. Una vez fer­men­ta­do, el zumo de man­za­na se con­vier­te en sidra. Una vez des­ti­la­do, la sidra se con­vier­te en aguardiente.

La pri­me­ra men­ción escri­ta de la des­ti­la­ción de la sidra en Nor­man­día apa­re­ce en un manus­cri­to de 1553. Gilles de Gou­ver­vi­lle, gen­tilhom­bre del Coten­tin (1522−1578) men­cio­na en sus Memo­rias el alam­bi­que y el aguar­dien­te. La tra­di­ción regio­nal le atri­bu­ye la inven­ción del aguar­dien­te de sidra y, por exten­sión, la del Calvados.

Sin embar­go, pro­ba­ble­men­te este pro­ce­di­mien­to ya era cono­ci­do y uti­li­za­do por los cam­pe­si­nos normandos.

Porque, a partir del siglo XII, los árabes intro­du­cen a los occi­den­ta­les en los estu­dios quí­mi­cos y en las téc­ni­cas de des­ti­la­ción. La pala­bra «alam­bi­que» habría apa­re­ci­do poco después.

En Nor­man­día, esto coin­ci­de con la lle­ga­da de nuevas varie­da­des de man­za­nas ricas en tani­nos, pro­ce­den­tes de Viz­ca­ya, en el País Vasco espa­ñol (que dará el nombre de Bis­quet a una varie­dad de manzanas).

Coincidiendo con la Revolución Francesa y la creación de los departamentos franceses en 1790, nace oficialmente el nombre de « Calvados ».

En aque­lla época, el aguar­dien­te obte­ni­do de la des­ti­la­ción de la sidra se des­ti­na úni­ca­men­te al con­su­mo local o fami­liar, hasta que conoce un cierto auge a partir del siglo XVII.

Pero esta cre­cien­te popu­la­ri­dad en el oeste de Fran­cia choca pronto con los capri­chos de Col­bert que, deseo­so de man­te­ner las expor­ta­cio­nes de los aguar­dien­tes de vino, fuente de divi­sas para el Estado, impone impues­tos a la expor­ta­ción de aguar­dien­tes de sidra fuera de Nor­man­día, antes de prohi­bir­la direc­ta­men­te Esta prohi­bi­ción se man­ten­drá hasta 1741.

El aguardiente normando se convierte así en «aguardiente del Calvados» para acabar instalándose progresivamente en nuestra vida cotidiana con el nombre de «calvados».

Sin embargo, hasta la segunda mitad del siglo XIX no surge una verdadera especialización.

Al igual que el consumo, el método de producción evoluciona.

La década de 1860 asiste a la crea­ción de la pri­me­ra des­ti­le­ría indus­trial, en un momen­to en que el desa­rro­llo del trans­por­te se hace sentir en esta parte de Nor­man­día. Esta aper­tu­ra gra­dual de la región con­for­ma nuevas pers­pec­ti­vas y la indus­tria inten­ta sacar pro­ve­cho de ello. El desa­rro­llo del turis­mo cos­te­ro ofrece un nuevo mer­ca­do a los productos.

Casi simul­tá­nea­men­te, la crisis de la filo­xe­ra asola los viñe­dos fran­ce­ses y sus­ci­ta un reno­va­do inte­rés por lo que a partir de enton­ces se cono­ce­ría como «calvados».

Un homme, un enfant et un alambic dans les rues de Caen au début du 20ème siècle
Destilación en las calles de Caen hacia 1900 © Archives du Calvados
Le café Lebouc, rue de Vaugirard à Paris, vers 1900
El café Lebouc, rue de Vaugirard en París, hacia 1900 © Lebouc

Del aguardiente de sidra al calvados

La pala­bra «calvados», des­po­ja­da de la men­ción de aguar­dien­te que la acom­pa­ña­ba hasta enton­ces, hace su apa­ri­ción en la década de 1880, en nove­las y cuen­tos de Flau­bert, Zola y Mau­pas­sant. El aguar­dien­te de sidra, que hasta enton­ces no había gozado del pres­ti­gio de los aguar­dien­tes de vino, adquie­re una nueva dimen­sión. Poco a poco va aban­do­nan­do su fama de alcohol fuerte y adqui­rien­do sus cartas de nobleza.

Duran­te mucho tiempo se ela­bo­ra de forma rudi­men­ta­ria en las gran­jas de Nor­man­día, lo que per­mi­tió que el calvados siguie­ra siendo una bebida local y rús­ti­ca, cuya ela­bo­ra­ción se basaba en la expe­rien­cia de cam­pe­si­nos o destiladores.

En 1900, había cerca de 100.000 destiladores en Normandía.

Este aguar­dien­te sus­ci­ta­ría un cre­cien­te inte­rés, espe­cial­men­te en el plano organoléptico.

Se comien­zan a cla­si­fi­car en fun­ción del origen, el aspec­to, los aromas, la edad, etc. Los pro­duc­to­res par­ti­ci­pan en con­cur­sos agrí­co­las y en ferias donde reci­ben pre­mios y galardones.

Tableau des différentes variétés de pommes et de poires au début du 19ème siècle en Normandie.
Las primeras clasificaciones de la fruta para sidra - finales del siglo XIX © Archives du Calvados

Ese afán por recabar premios y reconocimientos (exhibidos con orgullo en las botellas) lleva a los productores a mejorar sus aguardientes, modificando poco a poco sus prácticas.

Tienen más en cuenta los avances de la agronomía y prestan cada vez más atención a la calidad de la fruta y de la sidra así como a los procesos de destilación y de crianza.

Estos con­cur­sos son tam­bién la oca­sión de refor­zar los víncu­los entre los pro­fe­sio­na­les del sector.
Sin embar­go, este avance se ve entor­pe­ci­do por la Pri­me­ra Guerra Mun­dial, que cambia drás­ti­ca­men­te la situa­ción dentro del sector.

Para­dó­ji­ca­men­te, la Pri­me­ra Guerra Mun­dial hace posi­ble que los pro­duc­tos de Nor­man­día se den a cono­cer en toda Fran­cia: Nor­man­día, zona libre de com­ba­tes, se con­vier­te poco a poco en el gra­ne­ro de Francia.

En este con­tex­to de guerra, Nor­man­día trans­mi­te una imagen apa­ci­ble, con una natu­ra­le­za exu­be­ran­te y gene­ro­sa. Los pro­duc­tos nor­man­dos se deman­dan para apro­vi­sio­nar a los con­tin­gen­tes.

el calva

En 1916, el Estado instaura el monopolio del alcohol. Desde los años 20 hasta 1939, la demanda estatal altera el ecosistema de la manzana en Normandía.

Un verre et une bouteille de Calvados posés sur un comptoir

El obje­ti­vo es pro­du­cir alcohol etí­li­co, indis­pen­sa­ble para la fabri­ca­ción de explo­si­vos en regio­nes ale­ja­das de las zonas de con­flic­tos armados.

La pro­duc­ción de frutas de sidra se desa­rro­lla de manera con­si­de­ra­ble para res­pon­der a las nece­si­da­des de la pro­duc­ción de alcohol. Una pro­duc­ción que, en 1938, alcan­za los 400.000 hl de alcohol puro.

Para­le­la­men­te a la pro­duc­ción de alcohol indus­trial, las des­ti­le­rías siguen pro­du­cien­do aguar­dien­tes de sidra. Esta doble acti­vi­dad y los frau­des resul­tan­tes pro­vo­can la reac­ción de los des­ti­la­do­res, que, en 1935 y 1936, exigen que se pro­te­ja la ela­bo­ra­ción tra­di­cio­nal de aguardiente.

Sin nin­gu­na res­tric­ción nor­ma­ti­va, los pro­duc­to­res sacan al mer­ca­do aguar­dien­tes a los que, a pesar de su ele­va­do grado alcohó­li­co, deno­mi­nan calvados. La fama adqui­ri­da duran­te la Pri­me­ra Guerra Mun­dial se resien­te y el “calva” pasa a ser sinó­ni­mo de alcohol fuerte, sin nin­gu­na particularidad.

Se con­vier­te en la bebida esti­mu­lan­te de los obre­ros y en el diges­ti­vo de las barras. Cono­ci­do como un pro­duc­to rela­ti­va­men­te barato, no se gana el favor del Comité nacio­nal de deno­mi­na­cio­nes de origen cuando se crea éste en 1935, para dis­gus­to de los pro­duc­to­res com­pro­me­ti­dos que habrían de espe­rar varios procedimientos.

En Esta­dos Unidos, en cambio, la Prohi­bi­ción con­sa­gra el arte del cóctel y esta nueva dis­ci­pli­na se extien­de poco a poco por todo el mundo. En aque­lla época, el calvados ocupa ya un lugar des­ta­ca­do entre estas nuevas bebi­das. Ernest Heming­way lle­ga­ría inclu­so a popu­la­ri­zar el Jack Rose en su novela Fiesta.

Un cocktail au Calvados dans un bar à Paris en France.
Variación en torno al Jack Rose © Belveze

El camino hacia las DOC

La Segun­da Guerra Mun­dial irrum­pe en este con­tex­to de pro­duc­ción des­or­ga­ni­za­da. La nece­si­dad de alcohol gene­ra­da por la guerra —con el obje­ti­vo de fabri­car explo­si­vos— lleva a las auto­ri­da­des a mono­po­li­zar todos los recur­sos alcohó­li­cos dis­po­ni­bles, salvo aque­llos aco­gi­dos a una deno­mi­na­ción de origen, obte­ni­da antes de que esta­lla­ra el con­flic­to mundial.

Así es como el calvados está a punto de des­apa­re­cer, engu­lli­do por las cuotas de alcohol entre­ga­das al Estado.

Des tas de pommes jonchent un chemin dans une distillerie proche de Lisieux.
Sobre todo, "ne pas tomber dans les pommes" (no flaquear) © Société historique de Lisieux

Sintiéndose amenazados, los productores perseveran en que el calvados sea reconocido como un alcohol natural, respetable y digno de ser salvado.

Un habitant propose du Calvados à des soldats américains lors du Débarquement en Normandie.
Thank you © US Army

Sus esfuer­zos cris­ta­li­zan en una pri­me­ra serie de decre­tos que en 1942 dis­tin­guen al « le Calvados Pays d’Auge » que más tarde se con­ver­ti­ría en una Deno­mi­na­ción de Origen Con­tro­la­da (AOC).

Simul­tá­nea­men­te, se esta­ble­cen las Appe­lla­tions d’Origine Régle­men­tée (A.O.R) (Deno­mi­na­cio­nes de Origen Regu­la­do) que se libra­rían de ser requi­sa­das. De este modo, los aguar­dien­tes de sidra y de perada de varias regio­nes nor­man­das son reco­no­ci­dos como A.O.R. bajo el nombre de Calvados por el decre­to del 9 de sep­tiem­bre de 1942.

Por aquel enton­ces eran diez: Calvados du Calvados, Calvados du Dom­fron­tais, Calvados du Perche, Calvados du Mer­le­rault, Calvados du Coten­tin, Calvados de l’A­vran­chin, Calvados du Pays de la Risle, Calvados du Pays de Bray, Calvados du Mor­tai­nais, Calvados du Pays du Merlerault.

Este reco­no­ci­mien­to marca el inicio de una nueva era para este pro­duc­to. A partir de este momen­to, los pro­duc­to­res deben cum­plir un estric­to pliego de con­di­cio­nes. Las deno­mi­na­cio­nes capri­cho­sas que flo­re­cían en el mer­ca­do de antes de la guerra dan paso a una ter­mi­no­lo­gía y a unos cono­ci­mien­tos téc­ni­cos bien definidos.

A partir de junio de 1944, los sol­da­dos des­em­bar­ca­dos en Nor­man­día tam­bién con­tri­bu­yen a este nuevo impulso.

En los años 50, el alcoholismo en Francia se eleva a la categoría de catástrofe nacional: aumentan los impuestos, se intensifican los controles y se incrementa la información a los consumidores.

El calvados, un pro­duc­to popu­lar y poco cos­to­so, ve aumen­tar inexo­ra­ble­men­te su precio de venta. Al mismo tiempo, los sím­bo­los ame­ri­ca­nos, sobre todo en Nor­man­día, están en pleno apogeo y los alcoho­les tra­di­cio­na­les fran­ce­ses se aban­do­nan poco a poco. El pai­sa­je agrí­co­la de Nor­man­día tam­bién evo­lu­cio­na para dejar más espa­cio a la ganadería.

A partir de 1966, las casas de calvados se orga­ni­zan en el seno del BNICE (Bureau Natio­nal Inter­pro­fes­sion­nel des Calvados et Eaux-de-vie de Cidre et Poiré) para ela­bo­rar un pro­duc­to de alta gama y con mayor valor aña­di­do. Pero real­men­te es a partir de la década de 1980 cuando se reac­ti­va el inte­rés por el calvados, bajo el impul­so de algu­nos productores.

Dans un chai, un homme écrit à la craie un tonneau contenant du Calvados.
Au fond d'un chai, trônent 3 foudres ovales contenant du Calvados.

A partir de entonces, todo debe contribuir a la excelencia del producto, desde la plantación y el injerto de los manzanos hasta la crianza a temperatura constante, pasando por las técnicas de recolección que no deben dañar la fruta.

En 1984, las diez deno­mi­na­cio­nes de origen regu­la­do defi­ni­das en 1942 se trans­for­man en una única deno­mi­na­ción de origen «Calvados». En 1997, gra­cias a su espe­cia­li­za­ción en la pera de perada en par­ti­cu­lar, el Calvados Dom­fron­tais es reco­no­ci­do como Deno­mi­na­ción de Origen Controlada.

Actual­men­te, todas las des­ti­le­rías de calvados están agru­pa­das y estruc­tu­ra­das dentro de la IDAC (Inter­pro­fe­sio­nal de las Deno­mi­na­cio­nes Sidrí­co­las), junto con los pro­duc­to­res de sidra que se dedi­can a la pro­duc­ción de Pom­meau de Nor­man­día o de sidras y pera­das con DOP.

Bouteilles et verres contenant du Calvados de différents âges.

Para más infor­ma­ción sobre la his­to­ria del Calvados:

Le Livre des Calvados, por Chris­tian Drouin. Edi­cio­nes Corlet.

De la goutte au Calvados, por Sylvie Pel¬le¬rin-Drion. Edi­cio­nes PURH.

↓ descubra más

Frutas, madera, tiempo y creatividad

Elaboración y saber hacer
Du Calvados est versé dans un bécher à l'aide d'une pipette

Para visitar nuestra web, debe tener la edad legal para comprar y consumir alcohol según la legislación de su país de residencia. Si no existe una legislación sobre ello, debe ser mayor de 18 años de edad.

Este sitio utiliza cookies para medir la audiencia. Al continuar navegando por el sitio acepta el uso de estas cookies de acuerdo con nuestra política de privacidad.

El abuso del alcohol es peligroso para la salud, beba con moderación.